Registro instrumental de lluvias |
CAPITULO 4(a)
EL RECONOCIMIENTO
EL RECONOCIMIENTO
DE LOS CAMBIOS CLIMATICOS
Y AMBIENTALES
Y AMBIENTALES
OCURRIDOS DURANTE EL PASADO
(Continuación de: http://000-arquimedes.blogspot.com.ar/2010/08/que-pasara-con-el-clima-5.html)
Para responder a las preguntas planteadas en el capítulo anterior, o dicho de otro modo, para predecir las tendencias climáticas futuras en un plazo de varios años, hasta décadas, deberá reconocerse con la mayor precisión posible el sentido y la magnitud de las oscilaciones climáticas y ambientales ocurridas durante el pasado. Tanto desde el pasado inmediato como hasta el pasado histórico y el pasado geológico. Este último en un orden de varias decenas de miles de años.
Como base imprescindible para elaborar pronósticos climáticos y ambientales confiables, los estudiosos más avanzados en el tema a nivel mundial, tratan de reconocer detalladamente las oscilaciones climáticas y ambientales ocurridas en el planeta hasta el presente, a partir del inicio del último gran enfriamiento mundial reconocido, o última gran glaciación mundial. Ese lapso, iniciado hace alrededor de 125.000 años, es también conocido como último Megaciclo Climático.
Una vez reconocidas con precisión y confiabilidad esas oscilaciones climáticas pasadas, se podrá conocer su tendencia actual. Luego, proyectando esa tendencia hacia el futuro, con todos los recaudos impuestos por el grado de precisión y de confiabilidad con los que se hayan obtenido los datos para el pasado, se tendrá un pronóstico. El margen de error de ese pronóstico será menor cuanto mayor sea el grado de precisión y de confiabilidad de los datos obtenidos para el pasado.
Para responder a las preguntas planteadas en el capítulo anterior, o dicho de otro modo, para predecir las tendencias climáticas futuras en un plazo de varios años, hasta décadas, deberá reconocerse con la mayor precisión posible el sentido y la magnitud de las oscilaciones climáticas y ambientales ocurridas durante el pasado. Tanto desde el pasado inmediato como hasta el pasado histórico y el pasado geológico. Este último en un orden de varias decenas de miles de años.
Como base imprescindible para elaborar pronósticos climáticos y ambientales confiables, los estudiosos más avanzados en el tema a nivel mundial, tratan de reconocer detalladamente las oscilaciones climáticas y ambientales ocurridas en el planeta hasta el presente, a partir del inicio del último gran enfriamiento mundial reconocido, o última gran glaciación mundial. Ese lapso, iniciado hace alrededor de 125.000 años, es también conocido como último Megaciclo Climático.
Una vez reconocidas con precisión y confiabilidad esas oscilaciones climáticas pasadas, se podrá conocer su tendencia actual. Luego, proyectando esa tendencia hacia el futuro, con todos los recaudos impuestos por el grado de precisión y de confiabilidad con los que se hayan obtenido los datos para el pasado, se tendrá un pronóstico. El margen de error de ese pronóstico será menor cuanto mayor sea el grado de precisión y de confiabilidad de los datos obtenidos para el pasado.
Metodologías empleadas para el reconocimiento
de los cambios climáticos ocurridos durante el pasado
Para el reconocimiento de las oscilaciones climáticas ocurridas durante el pasado, son varias las disciplinas que aportan elementos a las investigaciones, según sea el alcance cronológico hacia el pasado con el que se trabaje, como se verá seguidamente.
Climatología Instrumental
Esta disciplina se basa en el análisis estadístico de registros de parámetros físicos atmosféricos (presión, temperatura, precipitaciones de lluvia o de nieve, dirección e intensidad de vientos, humedad, etc.), obtenidos mediante instrumentos, en función del tiempo cronológico. Los registros de esos parámetros obtenidos para cada localidad, conforman lo que los climatólogos denominan series instrumentales. Para el siglo pasado y para una parte importante del planeta, existen series instrumentales completas y confiables.
Dado que los registros instrumentales de diferentes estados atmosféricos se miden en función del tiempo cronológico, ya sea en función de horas, de días, de semanas o de meses, un análisis estadístico adecuado de los parámetros registrados, permitirá un buen diagnóstico de las tendencias climáticas presentes para cada localidad involucrada. La proyección hacia el futuro de esas tendencias, dará una idea de lo que podría ocurrir con el tiempo meteorológico en un futuro cercano.
Pero la confiabilidad de esa predicción sería muy baja para el mediano y el largo plazo, entendiéndose por tales a plazos mayores que un año, a partir de donde ya no hablamos de tiempo meteorológico, sino de clima. Esto se debe al corto tiempo histórico que tienen los registros climáticos instrumentales para gran parte del planeta. Esa confiabilidad se torna aún menor si se considera que el clima terrestre podría experimentar diversas oscilaciones, de las cuales algunas podrían ser cíclicas, pero con varios períodos o frecuencias distintas y superpuestas.
Por otra parte y según algunos investigadores, otras oscilaciones climáticas podrían ocurrir aleatoriamente, escapando a las mejores predicciones. Dada la relativamente escasa extensión cronológica de la mayoría de las series instrumentales, quizá muchas de ellas solamente estén registrando un par de oscilaciones cíclicas con períodos de algunas décadas, tales como las sequías e inundaciones sufridas por la provincia de Buenos Aires (Argentina) en el siglo anterior.
Así, esas series instrumentales podrían no tener registradas eventuales oscilaciones de mayor período, del orden de siglos o inclusive de milenios y que de todos modos pueden influir en los pronósticos climáticos del orden de décadas. Por ello es necesario contar con registros climáticos y ambientales de mayor alcance en el tiempo cronológico pasado, como se desarrollará en los puntos siguientes.
Climatología Histórica
Puede decirse que este método se comenzó a utilizar con rigor científico a partir de las últimas décadas. El mismo se basa en el análisis de documentación histórica diversa. Esta puede estar escrita, como es el caso de las narraciones y crónicas de viajeros y naturalistas o documentos de gobiernos, como las antiguas Actas Capitulares(1). También puede considerarse todo otro documento que pudiese contener información climática y ambiental directa o indirecta.
Asimismo puede obtenerse buena información climática y ambiental de carácter histórico mediante el análisis comparativo de antiguas pinturas, daguerrotipos y fotografías. Con esto último se han reconocido avances y retrocesos de glaciares, cambios de cursos fluviales, expansiones y retracciones de bosques, etc. En síntesis, mediante esos datos históricos puede llegar a conocerse con cierto grado de aproximación el estado de un ambiente local en el momento de producirse esa información.
Un dato histórico que sirve de excelente ejemplo respecto a las posibilidades de brindar buen material de interpretación que posee la Climatología Histórica, aparece en las Actas del Cabildo de Buenos Aires. Según cuentan Ardissone(16) y Moncaut(6), a principios del siglo 18 se asentó en esas actas la petición de un vecino de la ciudad, Don Francisco Alvarez Campana, quien solicitaba el permiso de las autoridades para hacer un pozo donde juntar la nieve caída durante los inviernos, a fin de tener agua durante las sequías veraniegas.
Por un lado hoy parece increíble que hubiese nieve en la ciudad de Buenos Aires, prácticamente al nivel del mar, próxima a los 35º de latitud Sur y sobre el litoral del Río de la Plata, en cantidad y con frecuencia suficiente como para pensar en su aprovechamiento. Por otro lado, esa información breve que da indicios de un clima más frío y más seco que el actual, aisladamente puede parecer insignificante. Pero cobra gran importancia al coincidir con un cúmulo de información existente para el Hemisferio Norte (información que posteriormente comenzó a aparecer también en diversos estudios realizados en nuestro país). Esta información científica da cuenta del frío ocurrido en los siglos 17, 18 y la primera mitad del 19, durante el episodio climático que hoy es denominado Pequeña Edad de Hielo.
Por lo tanto ese dato contribuyó a desenredar la madeja poco a poco, comenzando a conocerse que pasó con el clima en el Hemisferio Sur. Dada la información existente para el Hemisferio Norte, se sabía que la Pequeña Edad de Hielo correspondió a un notable descenso de la temperatura. Pero para el Hemisferio Sur no se tenía información adecuada como para verificar si tal enfriamiento había sido de alcance mundial. Por lo tanto ese dato de las Actas del Cabildo de Buenos Aires dio inicialmente una pista de gran valor como para suponer un alcance global de aquél enfriamiento.
Del mismo modo y como dato ilustrativo respecto al valor de la documentación histórica, un vistazo a la "Carta de l'Amerique Meridionale" editada en París por P. Lapié durante 1814, permite ver que el río Quinto de la provincia de San Luis (Argentina) se continuaba hasta el Atlántico por el río Salado de la provincia de Buenos Aires, llegando a éste a través del arroyo Saladillo. Además y en la misma carta, una llamada del autor señala que el río Quinto llega al Saladillo sólo en épocas de abundantes precipitaciones. Este es otro dato histórico importante de tener en cuenta, por ejemplo, antes de porfiar por detener ese río cuando cada tanto comienza a inundar el oeste bonaerense, como se ha hecho cada vez que cobraron importancia las inundaciones en el oeste bonaerense.
Con el aporte de la Climatología Histórica, a nivel mundial se han logrado buenas reconstrucciones climáticas y ambientales para los últimos trescientos cincuenta, a cuatrocientos años. En casos aislados, como por ejemplo en el este europeo, donde existe buena información escrita para gran parte del último milenio, se han logrado reconstrucciones climáticas que llegan hasta el siglo 13, como lo cuenta Velichko(17). De todos modos y en la mayoría de los casos, más allá del siglo 17 la información histórica es escasa y la poca que existe tiene también escasa precisión y confiabilidad como para ser tomada en cuenta.
Pero además existen oscilaciones climáticas y ambientales de períodos aún mayores, las que escapan al alcance de la Climatología Instrumental e Histórica y las que, siendo también importantes para poder definir los mecanismos involucrados deben ser estudiadas por otros métodos. Estos se describirán en la próximas entrada.
(Continua en: http://000-arquimedes.blogspot.com.ar/2010/08/que-pasara-con-el-clima-7.html)
Por otra parte y según algunos investigadores, otras oscilaciones climáticas podrían ocurrir aleatoriamente, escapando a las mejores predicciones. Dada la relativamente escasa extensión cronológica de la mayoría de las series instrumentales, quizá muchas de ellas solamente estén registrando un par de oscilaciones cíclicas con períodos de algunas décadas, tales como las sequías e inundaciones sufridas por la provincia de Buenos Aires (Argentina) en el siglo anterior.
Así, esas series instrumentales podrían no tener registradas eventuales oscilaciones de mayor período, del orden de siglos o inclusive de milenios y que de todos modos pueden influir en los pronósticos climáticos del orden de décadas. Por ello es necesario contar con registros climáticos y ambientales de mayor alcance en el tiempo cronológico pasado, como se desarrollará en los puntos siguientes.
Climatología Histórica
Puede decirse que este método se comenzó a utilizar con rigor científico a partir de las últimas décadas. El mismo se basa en el análisis de documentación histórica diversa. Esta puede estar escrita, como es el caso de las narraciones y crónicas de viajeros y naturalistas o documentos de gobiernos, como las antiguas Actas Capitulares(1). También puede considerarse todo otro documento que pudiese contener información climática y ambiental directa o indirecta.
Asimismo puede obtenerse buena información climática y ambiental de carácter histórico mediante el análisis comparativo de antiguas pinturas, daguerrotipos y fotografías. Con esto último se han reconocido avances y retrocesos de glaciares, cambios de cursos fluviales, expansiones y retracciones de bosques, etc. En síntesis, mediante esos datos históricos puede llegar a conocerse con cierto grado de aproximación el estado de un ambiente local en el momento de producirse esa información.
Un dato histórico que sirve de excelente ejemplo respecto a las posibilidades de brindar buen material de interpretación que posee la Climatología Histórica, aparece en las Actas del Cabildo de Buenos Aires. Según cuentan Ardissone(16) y Moncaut(6), a principios del siglo 18 se asentó en esas actas la petición de un vecino de la ciudad, Don Francisco Alvarez Campana, quien solicitaba el permiso de las autoridades para hacer un pozo donde juntar la nieve caída durante los inviernos, a fin de tener agua durante las sequías veraniegas.
Por un lado hoy parece increíble que hubiese nieve en la ciudad de Buenos Aires, prácticamente al nivel del mar, próxima a los 35º de latitud Sur y sobre el litoral del Río de la Plata, en cantidad y con frecuencia suficiente como para pensar en su aprovechamiento. Por otro lado, esa información breve que da indicios de un clima más frío y más seco que el actual, aisladamente puede parecer insignificante. Pero cobra gran importancia al coincidir con un cúmulo de información existente para el Hemisferio Norte (información que posteriormente comenzó a aparecer también en diversos estudios realizados en nuestro país). Esta información científica da cuenta del frío ocurrido en los siglos 17, 18 y la primera mitad del 19, durante el episodio climático que hoy es denominado Pequeña Edad de Hielo.
Por lo tanto ese dato contribuyó a desenredar la madeja poco a poco, comenzando a conocerse que pasó con el clima en el Hemisferio Sur. Dada la información existente para el Hemisferio Norte, se sabía que la Pequeña Edad de Hielo correspondió a un notable descenso de la temperatura. Pero para el Hemisferio Sur no se tenía información adecuada como para verificar si tal enfriamiento había sido de alcance mundial. Por lo tanto ese dato de las Actas del Cabildo de Buenos Aires dio inicialmente una pista de gran valor como para suponer un alcance global de aquél enfriamiento.
Del mismo modo y como dato ilustrativo respecto al valor de la documentación histórica, un vistazo a la "Carta de l'Amerique Meridionale" editada en París por P. Lapié durante 1814, permite ver que el río Quinto de la provincia de San Luis (Argentina) se continuaba hasta el Atlántico por el río Salado de la provincia de Buenos Aires, llegando a éste a través del arroyo Saladillo. Además y en la misma carta, una llamada del autor señala que el río Quinto llega al Saladillo sólo en épocas de abundantes precipitaciones. Este es otro dato histórico importante de tener en cuenta, por ejemplo, antes de porfiar por detener ese río cuando cada tanto comienza a inundar el oeste bonaerense, como se ha hecho cada vez que cobraron importancia las inundaciones en el oeste bonaerense.
Con el aporte de la Climatología Histórica, a nivel mundial se han logrado buenas reconstrucciones climáticas y ambientales para los últimos trescientos cincuenta, a cuatrocientos años. En casos aislados, como por ejemplo en el este europeo, donde existe buena información escrita para gran parte del último milenio, se han logrado reconstrucciones climáticas que llegan hasta el siglo 13, como lo cuenta Velichko(17). De todos modos y en la mayoría de los casos, más allá del siglo 17 la información histórica es escasa y la poca que existe tiene también escasa precisión y confiabilidad como para ser tomada en cuenta.
Pero además existen oscilaciones climáticas y ambientales de períodos aún mayores, las que escapan al alcance de la Climatología Instrumental e Histórica y las que, siendo también importantes para poder definir los mecanismos involucrados deben ser estudiadas por otros métodos. Estos se describirán en la próximas entrada.
(Continua en: http://000-arquimedes.blogspot.com.ar/2010/08/que-pasara-con-el-clima-7.html)
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(1) Tal es el caso de las actas de los cabildos de nuestra época colonial, o el caso de los partes militares de las llamadas "campañas al desierto."